La Hora de las Adelitas
Si el pueblo comienza a cantar
Los pelones se ponen a temblar
Las Adelitas se han cubierto de gloria. Mantuvieron su cerco en el senado y ya han sido relevadas.
Hay miles de versos de la Adelita….aquí les pongo algunos…
En lo alto de una abrupta serranía
acampado se encontraba un regimiento
y una moza que valiente lo seguía
locamente enamorada del sargento.
Popular entre la tropa era Adelita,
la mujer que el sargento idolatraba
que además de ser valiente era bonita
que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y se oía que decía
aquel que tanto la quería…
Si Adelita se fuera con otro
la seguiría por tierra y por mar,
si por mar en un buque de guerra
si por tierra en un tren militar.
Si Adelita quisiera ser mi esposa,
y si Adelita ya fuera mi mujer,
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.
Y después que terminó la cruel batalla
y la tropa regresó a su campamento
por la vez de una mujer que sollozaba
la plegaria se oyó en el campamento.
Recordando aquel sargento sus quereres,
Los soldados que volvian de la guerra
Ofreciendoles su amor a las mujeres
Entonaban este himno de la guerra:
Y al oírla el sargento temeroso
de perder para siempre su adorada
escondiendo su dolor bajo el reboso
a su amada le cantó de esta manera…
Y se oía que decía
aquel que tanto la quería…
Y si acaso yo muero en la guerra,
y mi cadáver lo van a sepultar,
Adelita, por Dios te lo ruego,
que con tus ojos me vayas a llorar.
Las Adelitas mantuvieron su cerco al senado. No se dejaron intimidar. No respondieron a las provocaciones. Los pefepos son los que no están siendo relevados. Un grupo de pelones quiso cruzar las lineas de las Adelitas vestidos de civil y luego luego los identificaron por el corte de pelo militar y los zapatos boleados. ¡Y no pasaron!
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