viernes, noviembre 10, 2006

Visión Publica manda lo siguiente


3/nov/06


OBLIGUEMOS AL ESTADO A NEGOCIAR EN OAXACA

Por: Ricardo Briseño




Tenemos que detener la embestida brutal de los cuerpos policíacos en la capital del Estado de Oaxaca, que pareciera buscar cerrar los espacios a cualquier punto de reencuentro a la negociación política como fórmula de solución del problema, y justificar así un golpe absoluto que legitime la destrucción misma de las organizaciones sociales, que en esa entidad han alcanzado un gran desarrollo.


Quienes creemos en el diálogo como instrumento fundamental en la búsqueda de acuerdos mínimos de convivencia, quienes sienten un compromiso con la paz, y sobre todo quienes se ostentan como simpatizantes o militantes de la izquierda, deben dejar a un lado sus diferencias y coincidir en este punto, ante la amenaza de que las fuerzas policíacas del régimen logren dar un golpe definitivo al pueblo de Oaxaca y permitan el retorno de Ulises Ruiz al gobierno.


La derrota política de éste, al haberse aprobado tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión la solicitud de que pida licencia o renuncie al cargo, y al haber desechado la Corte la Controversia Constitucional que interpuso contra ambas cámaras, sólo puede consolidarse si el pueblo de Oaxaca resiste y no es aplastado en los próximos días, a fin de que en la opinión pública nacional, tan polarizada entre filias y fobias en el conflicto, pueda coincidir por consenso en la fórmula de la salida negociada.


Hace falta pues concitar a una movilización que rebase, no en cantidad, sino en calidad, a las anteriores que se han dado en ese sureño estado, donde han ocurrido movilizaciones de cerca de un millón de personas en contra del controvertido gobernante, que se sostiene gracias a la manifiesta debilidad tanto de Vicente Fox en su salida, como de Felipe Calderón, ante lo pírrico de su victoria.


Quiero remembrar aquí aquella movilización ocurrida en Cananea, tras la toma de la mina por el ejército ordenada por Salinas para privatizarla, en el invierno de 1991, que evitó un enfrentamiento con el pueblo, cuando éste anunció una semana antes que iba a recuperar la mina, con o sin soldados de por medio, y que al lograr que a la marcha para retomar la mina se sumaran personalidades como obispos, rectores universitarios, doña Rosario Ibarra de Piedra, Heberto Castillo y Cárdenas, entonces líder indiscutible del PRD, obligaron al gobierno a ordenar el retiro de las tropas sin un solo disparo.

Hago así un llamado aquí a los participantes de esa marcha que aún viven, a Cuauhtémoc Cárdenas, la viuda de Heberto Castillo y sus hijos, Rosario Ibarra de Piedra, pero también al Rector de la Universidad de Oaxaca, al de la Universidad de Guerrero, al Obispo
emérito de Chiapas Samuel Ruiz; a Tatiana, la hija de Manuel Clouthier y a su viuda; al ex senador Javier Corral (único panista que aceptó el recuento voto por voto, casilla por casilla, aunque apoyó y apoya a Felipe Calderón).


Asimismo a Porfirio Muñoz Ledo, a José Woldenberg, Elena Poniatowska, Camilo Valenzuela, Carlos Monsivais, a Marcos y la dirigencia del EZLN, a los diputados federales y senadores del Frente Amplio Progresista, a los alcaldes y diputados locales de éste en Oaxaca y estados vecinos, a los líderes religiosos católicos, evangélicos y de toda creencia, intelectuales, académicos y políticos que deseen sumarse, a que participen en una gran marcha por la paz, en la ciudad de Oaxaca, a la brevedad posible.


Pensar en la que organiza la APPO este domingo 5 de Noviembre tal vez sería demasiado pronto. Ignoro la capacidad de interlocución que tengan con grupos no militantes de la izquierda, pero es urgente erigir una gran barrera social que proteja al pueblo de las agresiones de la PFP y desactive en definitiva cualquier intento de retorno de Ulises Ruiz, sin necesidad de más muertes y enfrentamientos.


Invitemos e invitémonos todos a construirla.





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