Platicando entre decimistas.
Apenas vi en el correo de mi mama que tenia una platica entre dos prestigiados decimistas amigos de ella, uno de ellos vive en Oaxaca y se llama Francisco Guadarrama el otro es Samuel Aguilera; Me parecio muy interesante como describio la actual situación que se vive en ese estado y aqui les publico un fragmento de esa conversación."En ese momento quiero tu copla junto a mi copla como el viento cuando sopla enmedio de un aguacero, quiero el acento llanero de tu verso a flor de piel, para empatarme con él, juntos en un solo grito, contra el silencio maldito, cuanto silencio Samuel" (De cuatro décimas que te envié hace tiempo y que aguardan aún tu contestación)
Samuel:
Muy estimado maestro y amigo, seguramente tu sabrás comprender. Me encuentro seguramente influenciado por los disparos que noche a noche se oyen por los distintos rumbos de Oaxaca, por las campanadas que llaman a la resistencia, por los cuetones que avisan de la presencia paramilitar. Me afecta sin duda, al igual que a todos los que aquí vivímos, el no poder andar libremente por las noches de esta ciudad, en la que radico hace veinte años, por el temor a ser baleado por asesinos a sueldo pagados por los cerdos del Pan y del Pri, aferrados al poder a pesar del repudio de los miles que marchan por las calles, y que madrugada con madrugada construyen barricadas por todas las esquinas, para evitar que circulen los malditos escuadrones de muerte que los cobardes envían, para intimidar a un pueblo que ya no se intimida con nada. Me pesan también las desveladas y el frío que se siente en la espalda cuando algún paisano te camina por detrás en la soledad nocturna de este "toque de queda" obligado.
Me anima en cambio la versada y el canto que podemos llevar a la plaza central, hoy tomada por el pueblo, o hasta alguna de esas barricadas, para acompañar una lucha que es hoy obligada.
Desprecio la ignorancia y la estupidez de los autómatas que miran solo la realidad que les pintan en la caja idiota, y que no son capaces de liberarse de la manipulación para expresar su sentir.
Me influye el verso de Martí para pedirle, para exigirle a los poetas, cantores, versadores de oficio y demás fauna creativa, que expresen su sentimiento con el compromiso que la situación actual amerita, en Oaxaca y en el País. Porque no serán inmunes a lo que vendrá, cuando los comemierda facistas acaben de consumar el fraude y tomen el control. No exagero. Los conozco desde hace más de treinta años. Son los mismos. Los que asesinaron estudiantes en la Plaza de Las Tres Culturas, los del 10 de junio, los que robaron la elección en el 88, los que masacraron a la gente digna en Acteal, los que arreglaron el robo del Fobaproa y hoy asaltan las elecciones, son la mima mierda. Calderón y Espino, Ulises y su pandilla de matones, y sus asesores Aznar y Bush, son la misma porquería.
No es difícil adivinar lo que se avecina, ya lo verás, para nuestra pinche desgracia. Por eso pienso que es una lástima que tus ojos no hayan mirado ese México que se mantiene alzado en el zócalo y reforma. Porque quisiera escuchar tu verso invocatorio nombrando a mi Patria desde su entraña, que hoy se revuelve de coraje y de indignación.
Nunca he militado en partido político alguno y no creo en la farsa democrática electorera, menos hoy después del robo y de la camapaña "asusta pendejos" de la derecha. A mi no me asustan sus bravuconadas. Y más le vale al imbécil de los lentecitos transparentes y su comitiva de cabezitas cuadradas, que no echen gasolina al fogón, porque el asunto se va a poner muy feo. Solo les recuerdo a esos cerdos que las revoluciones las hacen los jodidos, y que los fifís del dinero suelen salir corriendo y se van con su oro a otro lado, cuando se arman los chingadazos. La historia lo cuenta. Ojalá que alguien los advierta y les baje los humos. Ojalá.
Disculpa hermanito por molestarte. Tú bien sabes lo mucho que aprecio y agradezco tu amistad y la de tu familia. No me digas nada si no quieres, que yo sabré entender.
Acerca de las mujeres, que te puedo decir. Entre mujeres crecí, siete de mi sangre y muchas más que son parte de mi vida, y no dudo de su capacidad para derrumbar murallas. Ellas han sido la causa de lo que soy. Ellas me esenseñaron a admirar a Zapata y a Lázaro Cárdenas. Ellas me regalaron el libro de "La noche de Tlatelolco", de Elena Poniatowska. Ellas han puesto su cuerpo como cinturón de paz para proteger a los zapatistas en San Cristobal. Ellas han marchado una y mil veces por las calles de la ciudad de México para exigir paz justa y digna, y yo con ellas. Así que soy conciente de lo que me dices.
Yo solo quería escuchar tu verso, "tu copla junto a mi copla...", solamente, porque la extraño, por eso, nadamás. Si no se puede no se puede. Ya será.Ya vendrá después, cuando te nazca. No te sientas obligado, que a veces el silencio también nombra las cosas.
Te quiere y te respeta como siempre: Tu carnal: guada
Samuel Aguilera, escribió:
Que lástima Guadarrama que no lees a Martinezatala, el cronista de esta vociferante ciudad .Es el quién organiza la palabra y los sonidos en el mismísimo vientre de la bestia. Yo todos los dias lo leo y al hacerlo cierro los ojos y escucho en el aire ceniciento los pasos de Rubí, el arpa de Adrianacao, el cepillar de Jéssica, la pena inmensa de Tersitasantiago. Oigo la voz de amaranto que desde la boca de Samarkanda tiende puentes para llegar a la orilla verde donde musita Belinda. Es el mismo tambor batiendo las alas del mismo dolor y de la misma rabia. Ellas y solo ellas son los que me dicen que tu sueño y el sueño de todos los hombres que pelean por otro mundo , estan protegidos por el manto sacramentado de sus ojos: porque son ellas y no nuestro valor, quien abre puertas y derrumba murallas; son ellas las que ofician la vida y nosotros los que miramos de lejos el arte de labrar la roca.Eso lo debieras saber tú , amado grandulón, que fuiste parido de mujer feráz. No, No voy , ni habré de ir porque tengo una trinchera menor de donde se divisan los volcanes y esta ciudad que de lejos parece un pedazo de tezontle esta que se ve desde la orilla, desde ese pedruzco vitreo por donde entraron los ojos afiebrados de los caballos andaluces. Yo tambien soy una herradura en este camino de regresos, un pedazo de cal en este reloj de amores que es el tiempo.Déjalas que tiren las murallas,Tú,prepara la argamasa, para levantar la acequia donde florezca la huerta.Para eso eres poeta.
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