En Busca de la Adelita
En Busca de la Adelita
Nota: se acerca el 20 de noviembre. Vamos analizando a la Adelita...
“En lo alto de una abrupta serranía
Donde acampado se encontraba un regimiento
Y una joven que valiente lo seguía
Locamente enamorada del sargento…”
Las coplas siguen el patrón a-b-a-b.No es el patron heroico (a-a-b-b) pero es efectivo aunque no tan elegante como las redondillas de Sor Juana (a-b-b-a).
Regimiento es una muleta conveniente.Ayuda a rimar con sargento.En la práctica, los ejércitos mexicanos de la revolución –rebeldes o federales—se agrupaban en brigadas, compuestas estas de varios batallones.Así es como se organiza el ejército ingles.La organización en regimientos es algo típicamente gringo/alemán/francés.Encontrar un “regimiento” en Mexico en esos dias seria entonces seria algo inusual en esos tiempos.Además, la unidad en cuestión probablemente no seria reconocida por un numero sino como “la gente de Canuto Turrubiates” o como se llamara el jefe.Pero dejémonos de aclaraciones mamonas y avoquémonos al corrido en cuestión.
Aclaro que no me parece bien llamar a la Adelita “corrido”.Carajos, corrido el de Juan Charrasqueado.La Adelita es mas bien un himno.
El “regimiento” en cuestión se encuentra “en lo alto de una abrupta serranía”.¿Por qué?Si se trata del norte de la republica en “una abrupta serranía” es difícil hacer el vivaque, darle pastura a la caballada, y el agua escasearía.Entonces concluyo que el “regimiento” en cuestión anda huyendo y está lo suficientemente desesperado para encaramarse a los cerros para resguardarse del enemigo o bien está haciendo una marcha de aproximación para caerle al enemigo por caminos extraviados.Yo me inclino por la primera hipótesis.
La siguiente estrofa nos dibuja a la joven “que valiente seguía” al “regimiento” mentado.
“Popular entre la tropa era Adelita
La mujer que el sargento idolatraba
Y además de valiente era bonita
Y hasta el mismo coronel la respetaba..”
Es claro que la joven protagonista de este “corrido” es una hembra extraordinaria.Y si hay asombro que “el mismo coronel la respetaba” es porque este probablemente era un grandísimo hijoeputa.Esto no debe sorprender pues en esos años no habían muchos “gentlemen” estilo Felipe Ángeles en el ejercito mexicano (tampoco los hay hoy).
Yo pienso que si el coronel la respetaba es porque Adelita se hacia respetar.Además, era la mujer del sargento, aparentemente un personaje muy conocido entre la tropa.Ningún oficial es tan pendejo de ponerse al brinco con los sargentos, estos son el alma del ejército.Además, si el hombre “la idolatraba” capaz que le vaciaba la mitigueson al coronel si le faltaba el respeto a su mujer.
Y no le quito merito alguno a Adelita.Aparentemente era una mujer formidable.Se le reputaba como bonita y solo se iba entonces a “rejuntar” con el mas valiente guerrero entre la tropa.Eso, debo apuntar, era el común denominador de la valientes soldaderas que seguían los ejércitos mexicanos de la revolución.Cierto, si se les moría el Juan, luego luego se encontraban otro.Y preferían a uno que no fuera coyón pues así ganaría este los ascensos y recompensas y ella viviría mejor.Acuérdense que en la bola no se ascendía por antigüedad pues nadie moría de viejo.Los ascensos y recompensas solo se daban por tener huevos.Así que las soldaderas buscaban arejuntarse con los mejores guerreros.Por simple darwinismo, las soldaderas parían los hijos de héroes.
“Una noche en que la escolta regresaba
Conduciendo entre sus rifles al sargento
Por la voz de una mujer que sollozaba
La plegaria se escucho en el campamento…”
¡Ah que la chingada!La escolta, saben, se encarga de conducir a los prisioneros que van a ser fusilados.Si el “regimiento” iba en retirada, yo creo que el sargento desertó y fue capturado.¿Se imaginan la vergüenza –la mujer que sollozaba—que ha de haber sentido Adelita porque su hombre había desertado cuando mas se le necesitaba?Yo en verdad no quisiera estar en los huaraches del sargento.Y no es porque lo iban a fusilar sino porque Adelita le ha de haber escupido en la cara y lo ha de haber tildado de coyón.
Pero pensemos, si el sargento se pelo y desertó, pues ha de haber sido rete fácil hacerlo en la situación confusa y de pánico en que se encontraba el “regimiento” en su retirada.Perderse entre las “abruptas serranías” no hubiera sido muy difícil.Es evidente que el sargento no llevo con él a Adelita.Tal vez se separaron en la retirada.O él la creyó muerta.Lo que me da la impresión mas bien es que ella era muy leal a la causa –cualesquiera que esta era—y lo mandó al carajo cuando sugirió que desertaran.
El caso es que el sargento volvió y le pide frías a la Adelita al oírla sollozar:
“Al oírla, el sargento, temeroso
De perder para siempre a su adorada
Ocultando su emoción bajo el embozo
A su amada le cantó de esta manera…”
Y sale el peine de porque el sargento está ahí.Como argumento, una vez que se pelo no lo iban a volver a encontrar.No, el sargento regresó.Y el porque se hace evidente:
“Y si Adelita se fuera con otro,
La seguiría por tierra y por mar,
Si por mar en un buque de guerra,
Si por tierra en un tren militar…”
Noten que esta copla no sigue el patrón normal a-b-a-b.Esta copla es sin embargo clave.Su poesía se encuentra en la insistencia.La palabra “si” se repite tres veces.Es la terquera, la terquera del mexicano que va a sobreponerse a todo obstáculo, sea en la tierra o sea en la mar. Repito: esta copla es clave.Aunque Taravisa y el PAN insistan en que los mexicanos deben de ser sumisos, derrotistas, y resignados, todavía existen los aventados, indómitos, y revoltosos.Y su característica principal es que son tercos.Vamos, carajos, México existe porque siempre había un patilludo en un cerro mentándole la madre al virrey.
Es evidente lo que pasó con el sargento.Se logro pelar con éxito.Pero el pensar que su Adelita se “iría con otro” lo volvió loco.La vida sin ella no vale la pena.El hombre regresa, a pesar de que lo mas probable es que lo fusilen por desertor.¡Que mujer extraordinario habría sido esta Adelita entonces!¡No solo no abandona la causa a pesar de una derrota horrible sino que además causa que regresen los desertores!Desde el punto de vista del sargento no es el amor a la causa o el honor del “regimiento” lo que importan.Esos, creo, le valen pura chingada.No, es el tener a esa mujer lo que lo hace regresar.
¿Y en verdad era asi de valiente Adelita?El testimonio si lo indica.Tan valiente era que “locamente enamorada de su Juan” se atrevió a enfrentarse al mismo Pancho Villa, aun a costa de su vida.Verán, la escena que describe doña Elena Poniatowska es dantesca.Un grupo de 50 o 80 soldaderas federales habían sido capturadas.Pancho les había fusilado a sus hombres.Iba el centauro pasando frente a ellas cuando una le soltó un plomazo.No le pegó.De inmediato los dorados las encañonaron.La pistola apareció bajo un arbusto cercano.¿Quién fue?¡Que digan quien fue y no les pasara nada!Nadie habló.Enfurecido, el centauro ordenó que las quemaran vivas.Aun así ninguna denuncio quien había disparado.Para el caso fueron todas.El centauro las había enviudado a todas.Si abrieron la boca fue solo para maldecir a Pancho o aullar de dolor.Yo idolatro al centauro pero este crimen ni con toda el agua del mar se borra.
En fin, así de valientes eran esas mujeres.No es de extrañar que el sargento regresara.Bien valía la pena regresar por una de ellas, aun a costa de ser fusilado.
“Y después que terminó la cruel batalla
Y la tropa abandonaba el campamento
Por las bajas que causara la metralla
Muy diezmado se encontraba el regimiento…”
Imaginemos entonces un churro de aquellos que se hacían en los años gloriosos del cine mexicano.López Tarso es el sargento.La guapísima Maria Felix es la Adelita.El coronel puede ser Carlos López Moctezuma o el Indio Fernández, los cuales tenían cara de hijoeputas.¿Como chingaos no iba a respetar este coronel a la doña?En fin, seria un trabuco de estrellas para un churro chingón y entretenido en que cada escena seria precedida por una estrofa de la inmortal canción.
Y verán, la trama es ansina.“Después que terminó la cruel batalla” (¿Celaya?¿Zacatecas?¿El Ebano?)el “regimiento” anda huyendo derrotado por la sierra.López Tarso se pela para el monte.Al hacerlo descubre la emboscada que le prepara al regimiento el enemigo.Para evitar que muera Adelita el sargento regresa y da la voz de alarma y se porta heroico en el combate y el coronel lo indulta.La doña, si es que está de buenas, lo perdona y colorin colorado, final feliz.
No se si tal churro se hizo.Es probable.Si no, debería hacerse, pero en el estilo de “Looking for Richard” de Al Pacino, combinado con la manera documental de Ken Burns.(A ver, Señor Mandoki, usted es bueno para esto.)Y es que es importante analizar la penetración de esta leyenda en la mente de los mexicanos.La Adelita sigue viva.Las brigadistas no invocaron a la Corregidora o a doña Leona Vicario.Fue a la Adelita en la que se basaron.Hasta la derecha esta consciente de que tan fuerte sigue el mito.Miren como quieren acallar y tratar de que se olvide el 20 de noviembre.
Debo apuntar que tanto pelones (federales) como carrancistas y villistas cantaban esta canción inmortal.De ahí que le llamo más bien un himno y no un corrido.La Adelita está al nivel de Lili Marlene o Waltzing Matilda.¿Por qué?Muy sencillo, en muchas ocasiones era lo que cantaban los hombres entrando en combate.Más de uno cantó, con su último aliento y sabiéndose herido de muerte, estas inmortales coplas.Por eso es que es un himno.
Por otra parte, separemos la leyenda de la vida real.Pobre sargento, si en verdad hubiera regresado les aseguro que la escolta lo hubiera fusilado luego luego.O, a la mejor, ni regresó y ocurrió lo que el sancho del corrido de la Martina: “y el amigo del caballo, ni por la vieja volvió…”
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